La compuerta número 12

El miedo es el sentimiento que nos hace niños y adultos a la vez. Nos hace adultos cuando lo enfrentamos, pero nos convertimos en niños cuando, como Pablo, lo único que queremos hacer es llorar y aferrarnos a las piernas de nuestros padres esperando una solución. En este ensayo hablaré sobre mi "compuerta número 12" tomando como referencia el cuento de Baldomero Lillo.

Desde pequeñas supe que quería hacer algo grande con vida, y si bien no sabía con exactitud que, siempre me he esforzado por lograr lo que quiero. Me  fui dando cuenta lo duro que era obtener lo que quería y con el tiempo cada logro que obtenía lejos de llenarme de orgullo me llenaba de miedo, pues ahora lo único que generaba eran expectativas. Ahora, caigo en la cuenta que mi mayor anhelo se convirtió también mi mayor temor, en mi “compuerta número 12”. Ahora mi sueño se convirtió en miedos, como por ejemplo, temo a nunca llegar a ser suficiente, no ser suficientemente buena hija, hermana, amiga o estudiantes, temo a no estar a la altura de mis expectativas y terminar decepcionándome, pero creo que a lo que más le temo, es que quizá en el proceso me de cuenta que no era tan capaz como creía que era y que todas las expectativas que había formado estaban basadas en nada.

Entonces, ¿Qué ocurre cuando tu mayor deseo es también tu más grande temor? ¿Qué hacer cuando no puedes huir de ese miedo porque al huir estarías abandonando tus sueños?

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